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Bienvenidos al sitio de la "Basílica Nuestra Señora de la Merced".
A través de este medio iremos comunicando los diferentes eventos que se realizarán con motivo de la Titularización del Santuario de Nuestra Señora de la Merced, como Basilica Menor; como así también las diferentes ceremonias que le competen por su dignidad basilical.



sábado, 12 de diciembre de 2009

Descripción del exterior del edificio

 Exteriormente se aplicaron numerosos elementos de movimientos imperantes en la época que evocaban y revalorizaban el arte del período virreinal, procurando una personalidad cultural propia.
En el frente, su paño central se remarca por el retroceso de las dos torres. Dicho cuerpo se adelanta con dos volúmenes, que pertenecen a unas escaleras que se abrazan en lo alto, conformando un gran arco monumental que termina por generar un importante espacio destinado a proteger, sobre el acceso, la portada de sobria configuración. Esta solución espacial no hace más que aludir (claro está que con distinta escala) a las pretéritas disposiciones organizativas de “fachadas donde una gran hornacina, a manera de antecapilla, constituye el rasgo esencial de la composición”. Dispositivo de raíz mudéjar, “que fue también típico de las portadas de la arquitectura española de los siglos XVI y XVII”, y alcanzó amplia difusión en nuestra arquitectura religiosa, durante la época de la dominación hispana.
Al margen de la gran innovación de esta monumentalidad, como en aquellas iglesias virreinales, “el arco parece la prolongación hacia el exterior de la bóveda de cañón corrido que cubre la nave”. Cobija el cuadriculado del vitral abarcante de todo el porche, y la portada, que coincide con el vocabulario arquitectónico adoptado. Ésta, con otras dos dispuestas sobre las puertas de la torre, muestra la persistencia de otro rasgo distintivo, cual es el concentrar el ornato sobre los accesos, de manera que se realcen. El portal principal adopta, por el gusto de la época, una depuración formal cercana a lo clásico, alejándose de las habituales ornamentaciones arequipeñas o altoperuanas.
Se leen tres cuerpos muy diferenciados por molduras: el bajo casi ciego perforado por la entrada principal, flanqueados por dobles semicolumnas toscazas que mantienen un entablamiento prolongado en pináculos extremos; el segundo cuerpo reitera la solución de triple arcada utilizada en la nave, y, de remate, sutiles volutas fijan el alzado de un nicho con movidos contornos que albergan la imagen de la Virgen.

Detalles plásticos de interés, sumados a los roleos de remate o las perforaciones de esbeltas torres, con “cierto aire mejicano por sus azulejos de revestimiento”, como señala Alberto Nicolini, que en una visión lejana se subordinan al conjunto, en virtud de que la fachada adquiere una preponderancia privilegiada, conseguida al constituirse en el remate frontal y mojón obligado de una de las arterias más importantes de la ciudad. El quiebro del corredor acrecienta esta imagen, y el resultado es una lectura compositiva global, donde la cúpula adquiere presencia constante, da la nota de color, y equilibra las formas. Ella se alza sobre un tambor circular con base realzada de tejas, aligerado por nervaduras que remarcan los entrepaños donde se perforan aventanamientos.

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