Los ornamentos o adornos exteriores del escudo reciben el nombre general de timbres.
El emblema basilical está timbrado con la insignia tradicional de los papas: las llaves en oro y plata, entrecruzadas, que simbolizan las llaves del Reino, confiadas por el mismo Señor al apóstol San Pedro (Mt. 16,19).
El pabellón: una especie de “sombrilla”; también llamada: umbella o canópeo es el símbolo que identifica a las basílicas y además a la sede apostólica vacante; sus colores son los tradicionales colores papales: rojo intenso (Gules) y oro, que dan cuenta de la vinculación de esta basílica con la Santa Sede.
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