Para que un templo pueda alcanzar el título basilical, debe reunir tres requisitos:
- Debe ser un templo de regio esplendor, levantado con un perfil destacado, o sea, arquitectónicamente importante.
- Dicho templo debe ser foco espiritual de una comunidad que es santuario para la multitud de devotos que acuden a él, debe atraer a miles de fieles.
- Que dicho templo, bajo sus bóvedas, posea un tesoro espiritual y sagrado, dando culto ininterrumpido al Señor, a la Virgen y al Santo venerado en él, o sea, que la devoción a la imagen que allí se venere sea importante y traspase los límites de su propia comunidad. El culto debe estar atendido y asegurado por suficiente número de sacerdotes.
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