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Bienvenidos al sitio de la "Basílica Nuestra Señora de la Merced".
A través de este medio iremos comunicando los diferentes eventos que se realizarán con motivo de la Titularización del Santuario de Nuestra Señora de la Merced, como Basilica Menor; como así también las diferentes ceremonias que le competen por su dignidad basilical.



sábado, 12 de diciembre de 2009

La imagen histórica de la Virgen Generala y Patrona de la Arquidiócesis de Tucumán

El patrimonio actual de la Parroquia y Santuario tiene como principal exponente la Imagen de la Bienaventurada Virgen María bajo su advocación de Nuestra Señora de la Merced, por el valor religioso e histórico que ella conlleva. Desde 1977 es exhibida dentro de su camarín protegida por una campana de vidrio.

Según la tradición que se ha recogido, su veneración viene desde la fundación de San Miguel de Tucumán en Ibatín (1565-1585). Esta devoción acompañó a los habitantes desde ese entonces hasta el actual emplazamiento de la capital de la provincia.

El traslado de la ciudad de San Miguel de Tucumán, a su actual asentamiento, al margen del Río Salí, se hace un 24 de Septiembre de 1685, en tiempo del Gobernador D. Fernando Mendoza Mate de Luna, y es la sagrada imagen de Nuestra Señora de La Merced la que preside la gigantesca empresa de movilizar al vecindario que hacía más de 120 años moraba en las laderas del Aconquija, sobre el río Monteros.

La Sagrada imagen que hoy se venera en el Santuario (sede de la Parroquia de La Victoria), es la misma, según el Padre Larrouy, que tenían los Padres Mercedarios al establecerse en Tucumán, hacia 1586, cuando el Convento tenía ya sacerdote.

Creemos necesario acotar esta información y precisarla, sustentándola en datos más objetivos. Por lo pronto, el análisis de la obra nos indica que se trata de una imagen de vestir, cuya parte escultórica está formada por la cabeza y las manos, mientras que el resto consiste en piezas de sostén de aquellas y de las vestimentas. A esta modalidad escultórica, netamente colonial y española, si bien de antigua data, no es posible ubicarla en la América del siglo XVI. Pero se puede afirmar que debió de ser traída a estas tierras hacia mediados del siglo XVII.

La imagen en sí es de tamaño más bien pequeño (0.53 x 0.30 y con sólo las manos y la cara tallada y pulimentadas), actualmente está asentada en trípode que le otorga una altura total de 1,45 mts. y un ancho de base de 0,80 cm.





La cara y las manos están trabajadas con la técnica del “encarnado”, de tradición castellana, es decir, con un acabado brillante, que se asemeja a la porcelana. Tiene ojos de vidrio, pelo y pestañas naturales y adornadas su cabeza con una delicada corona, realizada en plata peruana con 12 estrellas del mismo metal que bordean la parte superior.









Su presencia visual se incrementa con las ricas vestimentas, y con la importante corona que luce. Es una joya diseñada en Paris por Coven Lacloche, y realizada en Buenos Aires. Lleva 2.744 brillantes, seis zafiros grandes, y esta trabajada íntegramente en oro y platino. Su peso es de 285 quilates, tiene 30 cm. de alto y se clasifica su estilo como renacentista.



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